En relación a las cuestiones de debate, exponemos lo siguiente;
1. ¿Cómo te gustaría que fuese tu Escuela o centro
educativo?
La escuela debe estar en un
proceso de cambio continúo, adaptándose a los nuevos sistemas y los cambios
sociales que se producen. Es por tanto, que un modelo de escuela abierta a la
comunidad, dónde el contexto forme parte de la Escuela, y no sea ésta una
pequeña isla aislada, donde existe una interacción y puntos de encuentros entre
la escuela y el contexto social y familiar. Un modelo de Escuela Inclusiva, que
atienda a la diversidad, y sea el modelo educativo el que se adapte a la
diversidad y características del alumnado. Un modelo de escuela basado en
competencias para la vida, que prepare al alumnado en un conjunto de destrezas,
habilidades y capacidades que les permita desenvolverse y aprender en la
sociedad actual, utilizando diferentes estrategias metodológicas y recursos,
alejados de los tradicionales. Un modelo de escuela basada en las tecnologías
de la información, actualizada, y que utilice las TIC de un modo transversal y
generalizada. Un modelo de Calidad, dónde no solo se valore el rendimiento del
alumnado, sino la participación de la comunidad educativa, logros y fortalezas,
propuestas de mejora y todo ello acompañado de un proceso de evaluación continua
y eficaz, que permita alcanzar nuevos logros.
Este sería el modelo de escuela que me gustaría
que fuese mi Centro Educativo. Actualmente nos encontramos en un proceso de
evaluación, reflexión, y definición de metas que nos permita alcanzar el modelo
de escuela propuesto. En los últimos cursos escolares, los cambios en el
profesorado, la cohesión del grupo, la apertura a nuestro entorno y el incremento
de la participación colectiva, está favoreciendo un camino largo y progresivo,
hacia un modelo de Escuela siglo XXI.
Bajo mi punto de vista, la Educación del Siglo XXI, debe
promover en nuestro alumnado las competencias esenciales que les permitan vivir
en la sociedad actual. Una educación del Siglo XX no es capaz de satisfacer las
necesidades y demandas de nuestra sociedad, y por ello se encuentra en un
estado de retardo en múltiples cuestiones. Por un lado, el propio modelo de
Escuela o del Sistema Educativo, en este caso, del Sistema Educativo de España.
Partiendo de ello, cuestiones como la formación del profesorado, la
organización de los centros, el uso de materiales didácticos, nuevas pedagogías
basadas en la digitalización, la participación de la Comunidad Educativa y la
apertura al contexto, son aspectos esenciales que la Educación del Siglo XXI.
Es por tanto, que tendría que cambiar muchas cuestiones, partiendo del sistema
normativo que regula nuestro modelo Escuela, las políticas educativas, que
deben estar en consonancia con la sociedad en la que vivimos, el aprendizaje
permanente, la difusión de buenas prácticas, modelos educativos ajustados a los
contextos, atendiendo a la diversidad y alejándose de la homogeneidad y las
competencias digitales del profesorado y del alumnado, serían cuestiones que
tendrían que cambiar para perseguir una Educación del Siglo XXI.
3. ¿Qué se puede hacer desde la Escuela para que la
Educación sea un asunto importante para toda la comunidad, y no sólo de los
docentes o de padres y madres.
La educación es
cosa de tod@s, y partiendo de esta premisa, todos debemos contribuir a ella.
Por un lado, la Escuela debe asumir un papel central en los procesos de
dinamización y cambio de modelos educativos, con un profesorado formado y
cualificado, y una comunidad educativa que participa activamente en los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Por otro lado, sería necesario un modelo
normativo sólido, ajustado a las características y necesidades de la sociedad
actual, partiendo de modelos y buenas prácticas de otros países, personalizándolos
a nuestro contexto, y todo ello, con las características de cohesión, consenso
y durabilidad en el tiempo. Un sistema educativo no puede estar sujeto a
cuestiones e intereses políticos, la educación no es algo que se pueda cambiar
cada cuatro años cuando entra un nuevo gobierno, debe ser consensuada y a largo
plazo, y sólo a través de evaluaciones y valoración de resultados, proponer
propuestas de mejoras que se ajusten a las necesidades reales, y no a ideales
políticos.
Estas cuestiones deben forjar el modelo de escuela que perseguimos, un modelo de escuela que parta del dialogo y consenso de los miembros que forman la comunidad educativa, en los niveles más cercanos, y en los políticos y administraciones que rigen el sistema educativo. El intercambio de buenas prácticas, la reflexión conjunta del profesorado, el análisis y reflexión son esenciales para que los docentes podamos dinamizar y promover el cambio que la Escuela precisa. La educación del Siglo XXI sólo se conseguirá si todos y todas apostamos por ella.
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